Vicente Quintero Cedeño*
RDF, N° 30 (2020): 31-37
Resumen: El artículo repasa y reflexiona el estado de la Administración
Pública en Venezuela, así como las condiciones para ejercer legalmente las
profesiones que en el territorio nacional se encuentran reguladas por sus
respectivas asociaciones gremiales. En este orden de ideas, se precisan algunas
consideraciones generales para modernizar la legislación laboral en Venezuela,
previendo los cambios tecnológicos y las implicaciones del acelerado desarrollo
de la inteligencia artificial.
Palabras clave: Gestión
Pública; Legislación; Tecnología.
Summary: The article reviews and reflects on the state of
public administration in Venezuela, as well as the conditions for the legal
exercise of the professions regulated in the national territory by their
respective professional associations. In this order of ideas, some general
considerations are needed to modernize labor legislation in Venezuela,
anticipating technological changes and the implications of the accelerated
development of artificial intelligence.
Key words: Public
Management; Legislation; Technology.
Sumario: Introducción.
1. Tecnologías emergentes y cambios en la oferta y demanda laboral. 2. Estado de la Administración Pública venezolana. 3. Colegiaturas y ejercicio de la profesión en Venezuela. Conclusiones.
La
satisfacción de las demandas de la sociedad venezolana, en función de las
necesidades de esta y las capacidades de las instituciones nacionales, dependen
de una administración pública que esté preparada para afrontar los nuevos
desafíos del contexto regional e internacional, además de la crisis interna que
el país experimenta desde hace varios años. En este sentido, la administración
pública requiere de una capacidad adecuada para usar las TICs,
en línea con los estándares internacionales, además de un reacondicionamiento
de las instituciones que permita aprovechar estos recursos.
Dada la
complejidad y la integración entre países gracias a la globalización de
economías, mercados y culturas, Venezuela no es ajena al desarrollo tecnológico
que surge en el centro del sistema internacional. Esta realidad demanda por un
lado, más competitividad, y por el otro lado, cierta ruptura con el paradigma
tradicional con una mayor conciencia y autenticidad, de lo que significa el
hombre, su dignidad y el conocimiento como valor primordial en la
administración del capital humano nacional. En ese orden de ideas, la reflexión
sobre la inserción de nuevas tecnologías para modernizar y optimizar la
administración pública de Venezuela debe tomar en cuenta la situación de la
crisis humanitaria compleja y plantear soluciones ante ella[1].
Actualmente,
puede observarse que las administraciones públicas del mundo han comenzado a
adoptar la inteligencia artificial. La actual transición tiene el potencial de
transformar no solo a la gestión pública en sí misma, sino al complejo y
dinámico proceso de formación, diseño y evaluación de las políticas públicas,
en la medida que plantea nuevos paradigmas en cuanto a la toma de decisiones y
la prestación de servicios.
En los últimos
años, han surgido nuevos empleos a raíz de las nuevas necesidades provocadas e
impulsadas por el desarrollo tecnológico y el auge de las redes sociales.
Profesiones como asistente virtual, desarrollador de aplicaciones, community manager, analista de datos,
productor de podcast y analista de marketing virtual son algunas de las más
populares hoy en día. La aparición de una gran cantidad de plataformas,
aplicaciones, redes y comercio online han desarrollado un amplio abanico de
oportunidades que hace una década eran aún impensables.
En este orden
de ideas, las instituciones de educación universitaria se han adaptado a las
nuevas demandas necesidades de la sociedad con grados y masters en
criptomonedas, big data o realidad
virtual. Detrás de una sola publicación en una red social, pueden estar
trabajando muchos más profesionales de lo esperado: influencers,
community managers, expertos en marketing
digital, etcétera. Más de 20 millones de personas trabajan como influencers en todo el mundo y algunos de ellos
perciben ingresos de hasta 6.000 euros por una sola publicación realizada[2].
Asimismo, la
pandemia de la COVID-19 aceleró los cambios que se esperaban en cuanto al
teletrabajo. Aunque dicho proceso ya estaba en camino, el pronóstico era que
iba a tomar alrededor de una década su implementación a gran escala. No
obstante, las altas probabilidades de contagio y los grandes peligros que
representaba contagiarse de este virus y sus mutaciones justificaron la
aceleración de la transición hacia la economía digital.
La
gobernabilidad no solo se refiere al ejercicio del gobierno sino que a las
condiciones necesarias para que esta función pueda desempeñarse de manera
eficaz y legítima, de manera que las crisis de gobernabilidad estarían dadas
por el desequilibrio de estas condiciones y en las relaciones entre grupos
políticos e instituciones. Hoy también se habla de gobernanza y gubernamentalidad, en tanto los criterios para evaluar el
desempeño de una administración trascienden de la estabilidad y también tienen
que ver con otros factores como la eficacia, la eficiencia y la garantía de los
derechos humanos.
La
administración pública venezolana parte actualmente de una realidad muy difícil
a raíz de diversas causas, entre las cuales podemos mencionar las siguientes:
una década de recesión de la economía nacional, la sobresaturación del sistema
de gestión pública, el drástico aumento del número de empleados públicos a
partir del gobierno de Hugo Chávez, la emigración del talento calificado y
sobresaliente, entre otros factores. Aunado a lo mencionado anteriormente, la
pandemia de la COVID-19 y la guerra en Ucrania, la cual ha afectado a uno de
los principales aliados internacionales del gobierno de Nicolás Maduro, la
Federación de Rusia, han complicado todavía más el panorama para implementar
las reformas necesarias que permitan reordenar las instituciones de la
administración pública venezolana.
Tal y como
expone José Ignacio Hernández et al.,
son necesarios los funcionarios públicos con conocimientos adecuados a la
transformación digital. De lo contrario, la implementación de las TICs no podrá beneficiar a los estándares internacionales
de la buena administración. De allí la importancia que debe tener en la
formación de empleados públicos, la formación de destrezas para el manejo de
las TICs. Así, la formación no debe limitarse solo a
transferir conocimientos digitales, sino lo que es más complejo, promover la
formación de una cultura digital en los empleados públicos[3].
Por estas
razones, la administración pública debe actualizar sus objetivos primordiales,
además de la misión y la visión de cada institución que la conforma, con base
en una planificación estratégica bien estructurada. Los cargos de la
administración pública, pensados y formulados para otra realidad del país, ya
no tienen la misma vigencia, sobre todo cuando la globalización nos afecta e
impone tanto nuevos paradigmas, como tecnologías. El diseño de los nuevos
cargos, así como la actualización de los ya existentes, debe tomar en cuenta el
perfil que exige la situación actual y su dinámica.
En Venezuela,
el ejercicio legal de múltiples profesiones, como es el caso del periodismo, el
de la medicina y también el del derecho, está estrictamente regulado, más allá
de que algunos ciudadanos ejerzan profesiones, que legalmente no les
corresponden, al margen de la ley. Este tema da origen a múltiples discusiones,
tanto en Venezuela, como en el resto del mundo. En líneas generales, el
ejercicio legal de ciertos trabajos tiene más limitaciones que el de otros, si
bien esta realidad no es uniforme a nivel internacional y puede variar de país
en país.
Por ejemplo,
en Venezuela no están reguladas legalmente las profesiones asociadas al teatro,
como lo son la actuación, la dirección, el diseño teatral, la producción y la
dramaturgia. Aunque en la recientemente creada Universidad de las Artes (UNEARTE) existe una licenciatura en esta área, con sus
cinco menciones, esta acción no vino acompañada de la creación de un Colegio de
Actores[4][5]. A
futuro, la universidad pretende licenciar como técnicos universitarios a
aquellos actores que han ejercido la profesión gracias a la formación que
recibieron en academias de teatro o agrupaciones universitarias, pero que no
cuentan con estudios formales en el área.
En el caso de
otras carreras, como es la medicina, su ejercicio suele ser uno de los más
vigilados y regulados en el mundo, debido a las implicaciones que puede tener
la mala praxis de un inexperto.
Aun así, en
algunos países operan con ciertas libertades las organizaciones que promueven
la medicina sistémica, a pesar de que los fundamentos sobre los cuales esta se
sostiene son, en su mayoría, pseudocientíficos y carecen de suficiente rigor.
Una de las consecuencias de la mala praxis es la muerte del paciente. Entonces,
es un tema que no debe tomarse a la ligera por sus serias implicaciones.
Sobre el
ejercicio del derecho, es posible subrayar y analizar las posibilidades que
brinda el sistema de los Estados Unidos de América, en donde la licencia puede
obtenerse por varias vías: estudios o aprobación de una prueba de
conocimientos. Para muchos estadounidenses, trabajar en un bufete de abogados y
aprender sobre las leyes del país termina siendo una vía para obtener la
licencia de abogado sin haber egresado de una institución universitaria. En
todo caso, lo primordial es demostrar que se tienen los conocimientos
necesarios para el adecuado ejercicio de la profesión.
En Venezuela,
por los momentos, no existe esa opción. La vía para ejercer legalmente la
profesión de abogado en el país latinoamericano es la universitaria. Cada una
impone sus propios requisitos de admisión y egreso, siguiendo las pautas
básicas que recibe desde el Ministerio del Poder Popular para la Educación
Superior. Otras profesiones, como las de intérprete público, requieren la
presentación de una prueba para obtener la licencia. El título universitario en
carreras afines, como las de Idiomas o Letras, no permiten ejercer el oficio de
intérprete público de forma legal y oficial.
El mundo de
hoy evoluciona a un ritmo más acelerado que en otras épocas. No tenemos certeza
ni sobre la relevancia ni sobre la rentabilidad de nuestros planes de estudios
a mediano y largo plazo.
Las diversas
herramientas de inteligencia artificial, cuyos desarrolladores se encuentran
trabajando para hacerlas cada vez más sofisticadas y en lapsos de tiempo cada
vez menores, han planteado serias dudas sobre el futuro de muchas de las
profesiones tradicionales[6] que
hemos conocido hasta ahora. El ChatGPT, en ese
sentido, es percibido como una amenaza porque puede hacer que el trabajo de
millones de personas no sea necesario.
Las grandes
compañías como Microsoft y Google han advertido que los chatbots
de inteligencia artificial (IA) funcionan como un copiloto o un asistente para
los usuarios en general. No obstante, son muchos los expertos que señalan que
este tipo de tecnología cambiará muchas profesiones, ya sea haciendo sus
trabajos más simples y rápidos, sustituyendo a los empleados y hasta creando
nuevas profesiones[7].
Con el
presente ensayo aspiramos invitar a la reflexión sobre las implicaciones del
desarrollo tecnológico, ahora más acelerado que antes, tanto en la
administración pública y en el sistema de los funcionarios públicos de carrera,
como en la regulación laboral existente. Más temprano que tarde, es posible que
los robots tengan cierto espacio en nuestra estructura laboral.
En definitiva,
modernizar la gestión pública es una tarea esencial en el proceso de
reconstruir y fortalecer el Estado en América Latina. En la última década, esta
tendencia se ha materializado en diversos esfuerzos, que van desde tratar de
desplazar las actividades del sector estatal a los mercados privados, hasta
desarrollar la capacidad institucional necesaria para emplear recursos públicos
de forma más eficaz y eficiente.
Una renovación
no solo del marco jurídico, sino de las mismas técnicas pedagógicas en
colegios, institutos universitarios y universidades, es necesaria. El contexto
dinámico en el que nos desarrollamos el día de hoy exige una nueva actitud
hacia el trabajo y la relación que tenemos con el entorno que nos rodea. La
formación en competencias debe ser fortalecida, de manera que el profesional
tenga óptimos niveles de adaptabilidad al cambio. En este sentido, los cargos
de la administración pública deben también ser rediseñados, así como los
sistemas de ingreso, evaluación y postulación por concurso. El sistema
educativo y la administración pública deben articular sus acciones y esfuerzos
en esa dirección.
El respeto de
la institucionalidad, o normas del juego, es tan importante en una empresa como
lo es fuera de ella. El cumplimiento generalizado de la normativa vigente
tiende a establecer un mayor compromiso por parte de cada uno de los
integrantes de la institución a acatar las disposiciones superiores sin generar
resistencia, ya que si se logra establecer la premisa de que nadie está por
encima del reglamento, y consecuentemente este se volverá parte integral de la
cultura organizacional que se desee alcanzar.
Nuestras
universidades tienen que reformular sus programas de estudio pensando a largo
plazo, de manera que lo que se aprenda en el aula no termine siendo poco
relevante. Los profesionales deben ser capaces de superar los retos de sus
entornos e innovar creativamente. Si bien es cierto que muchos trabajos y
profesiones podrían tener menos demanda en los próximos años, las habilidades
que los egresados universitarios hayan adquirido ejerciendo sus antiguas
profesiones los ayudarán a aprender nuevos oficios y ejercerlos de forma
eficiente.
Los colegios y
gremios profesionales deben seguir existiendo[8],
pero flexibilizarse ante la realidad que estamos viviendo tanto en Venezuela,
como en el resto del mundo. Las profesiones que conocemos pueden evolucionar en
otras nuevas, con base al perfil de quienes ejercen suelen ejercer esas
profesiones. La educación y las leyes que la rigen deben educar no solo para el
presente, sino para el futuro también.
En un contexto
de gobernabilidad democrática, la tarea de modernizar la gestión pública
implica adecuar las estructuras del aparato público, en particular la de los
servicios públicos, a las actuales exigencias de transformación y dinamismo del
Estado, del mercado y de la ciudadanía.
La nueva
relación entre democracia, Estado, mercado y sociedad civil implica lograr un
equilibrio entre aplicar iniciativas de modernización del Estado y evitar el
debilitamiento del Estado. La legitimidad de los Estados democráticos modernos
yace precisamente en mantener este equilibrio estratégico entre Estado, mercado
y sociedad civil.
* Licenciado
en Estudios Liberales por la Universidad Metropolitana de Caracas. Tesista en
Estudios Políticos y de Gobierno en la Universidad Metropolitana de Caracas y
en Gobierno y Políticas Públicas en la Universidad Central de Venezuela.
[1] Jesús
Silva Pacheco, “Las prácticas gerenciales en gestión humana en Venezuela, desde
la perspectiva pública y privada, a partir de la última década del siglo XX
hasta el primer lustro del siglo XXI”, (tesis doctoral, Universidad Central de
Venezuela, 2011).
[2] La
Vanguardia, “10 trabajos que no existían hace una década y ahora están muy
demandados”, 24-02-2023, www.lavanguardia.com/vida/formacion/20211119/7873427/ 10-trabajos-existian-decada-demandados.html
[3] José
Ignacio Hernández, “Transformación digital y empleo público: algunas notas desde
el Derecho Administrativo Interamericano y la pandemia de la Covid-19”, Revista
de Derecho Funcionarial, N° 28, 2019, p. 34.
[4] La
Licenciatura en Artes Escénicas, ofertada desde hace varias décadas en diversas
universidades venezolanas, como la Universidad Central de Venezuela, es un
antecedente de la creación de la Licenciatura en Teatro en la Universidad de
las Artes (UNEARTE). Aunque tienen líneas curriculares similares, hay
diferencias notables en cuanto a su enfoque y aplicabilidad.
[5] Existe
el proyecto de ley sobre la creación del Colegio Nacional de Politólogos, el
cual agrupará a los licenciados en Ciencias Políticas y carreras afines.
[6] Hasta
cierto punto, esto que vemos hoy en día tiene sus antecedentes en la historia.
Algunas de las profesiones de siglos pasados han desaparecido, como aquellos
que manualmente apagaban y encendían el sistema de luces en el centro de la
ciudad. También han desaparecido los operadores de telégrafos.
[7] Banca
y Negocios, “Estos son los trabajos más afectados por los chatbots de
Inteligencia Artificial (+lista)”, 08-04-2023,
www.bancaynegocios.com/estos-son-los-trabajos-mas-afectados-por-los-chatbots-de-inteligencia-artificial-lista
[8] Queda
en discusión si los profesionales que egresen de la Licenciatura en Artes y
Estudios Liberales de la Universidad Simón Bolívar, en la concentración de
Estudios Políticos y Comunicación Social, podrán ser admitidos en el Colegio
Nacional de Periodistas y el futuro Colegio Nacional de Politólogos.