Lisseth Pinto*
RDF, N° 30 (2020): 17-29
Resumen: El artículo comenta los procesos de la gerencia
pública y sus elementos organizativos, a partir de la perspectiva del
funcionario público y su implicación en el sistema de burocracia pública, con
base en los postulados de autores clásicos y más modernos.
Palabras clave: Burocracia;
Función pública; Gestión pública.
Summary: The article discusses the processes of public
management and its organizational elements from the perspective of the public
servant and his involvement in the public bureaucratic system, based on the
postulates of classical and more modern authors.
Key words: Bureaucracy;
Public service; Public management.
Sumario: Introducción.
1. Gerencia y gerencia pública. 2.
Funcionario público. Conclusiones.
El Estado tiene la responsabilidad de garantizarle el
bienestar a la población, por esta razón, las instituciones deben funcionar
correctamente, respetando el Estado de derecho. Una de las funciones
principales del buen gobierno es ofrecerle a la sociedad servicios de calidad y
asegurarle buenas condiciones de vida mediante políticas públicas adecuadas,
que den respuesta a las problemáticas sociales, en donde la gobernanza juega un
papel fundamental, a cargo de funcionarios públicos, quienes representan el recurso
más importante para garantizar la eficacia y la eficiencia de la gestión
pública, asumiendo el rol de servidor público.
Partiendo de esta realidad en el presente trabajo se hará un
análisis de la importancia de la gerencia pública dentro del Estado y la
responsabilidad de los funcionarios públicos para ofrecer una gestión pública
de calidad.
En primer lugar se establecerán las aproximaciones al
concepto de gerencia con la finalidad de tener un conocimiento claro de la
gerencia; en segundo lugar, se explicará el significado de la gerencia pública,
demostrando que su objeto es buscar soluciones a los problemas administrativos
que afectan la eficacia y eficiencia de los problemas gubernamentales asociados
a los siguientes servicios: la educación, la salud, la alimentación,
infraestructura, vivienda, finanzas, tecnologías, transporte, entre otros, es
decir, la gerencia pública genera valor público.
En tercer lugar se expondrá de manera detallada y concreta todo
lo relacionado al modelo burocrático basado en la teoría de Max Weber, con la
finalidad de comprender el por qué surge la gerencia pública como alternativa,
haciendo énfasis en que la administración burocrática está vigente en la
actualidad, sobre todo en los países latinoamericanos, un ejemplo: Venezuela;
en cuarto lugar, se desarrollará todo lo referente a las responsabilidades del
funcionario público con el objetivo de comprender los aspectos más importantes
para desarrollar una gestión pública de calidad característica del buen
gobierno.
La gerencia es una ciencia y una metodología que establece
directrices preestablecidas para llegar al momento de toma de decisiones, este
término hace referencia al cargo o desempeño de un conjunto de personas que se
encargan de dirigir, gestionar o administrar una organización, entidad,
institución, empresa o sociedad.
Burgos señala:
Su propio carácter de ciencia en formación, le agrega ciertas
características que se confunden con la pasión creadora, con la innovación, con
la curiosidad del hombre por escrutar nuevos caminos en el conocimiento y en la
aplicación del acervo ya logrado por la humanidad.
Los principios de la gerencia se enfocan en aumentar la
eficiencia en la producción de la organización, está tiene como objetivo
fundamental alcanzar el éxito de los objetivos deseados por la misma a través
del recurso humano. Drucker afirma:
La gerencia como disciplina y como práctica, trata de los
valores humanos y sociales. Es obvio que la organización tiene un fin más allá
de ella misma. En el caso de una empresa, el fin es económico; en el caso de un
hospital, es el cuidado del paciente y su recuperación; en el caso de la
universidad, es enseñar, aprender e investigar. Para alcanzar esos fines, la
peculiar invención moderna que llamamos gerencia organiza a seres humanos para
efectuar conjuntamente un desempeño y crea organización social, pero sólo
cuando la gerencia tiene éxito en lograr que los recursos humanos sean
productivos, es capaz de alcanzar los objetivos y resultados deseados[1].
La gerencia asume grandes responsabilidades, puesto que
abarca todos los aspectos de una organización partiendo del más importante: el
recurso humano, conocido como el personal; también se ocupa de las operaciones,
las finanzas, diseño organizacional, entre otras, en este sentido la toma de
decisiones y la estrategia que se planifique e implemente son de gran
importancia. La gerencia está representada por gerentes[2],
que administran y conducen a las organizaciones, por esta razón, la toma de
decisiones y la definición de los lineamientos que se deben seguir para el
logro de los objetivos establecidos determinaran los resultados, bien sean
exitosos o de fracaso.
Con respecto a la gerencia en la gerencia pública, su
función incluye una serie de procesos técnicos de diagnóstico, planeación,
programación, diseño y agrega procesos relacionales, políticos de diálogo,
motivación de apoyo, debate, generación de consensos y toma de decisiones, es
un enfoque general que articula los diversos procesos entre sí, asociando a
cada uno su razón de ser: la creación de valor, en donde las funciones
gerenciales partirán del desarrollo de la estrategia fundamentados en la elaboración
de visión, la planificación de políticas (programática), la planificación
organizativa y de recursos, seguidamente, la implementación de la estrategia,
mediante la gestión de operaciones y el control de gestión, además, es
importante la evaluación que permitirá la generación y análisis de información
y retroalimentación de la estrategia. Guadarrama la define así:
La gerencia pública, también llamada nueva gestión pública,
constituye un campo temático en las ciencias sociales, así como una como nueva
forma de estudio y de ejecución de las políticas públicas. La perspectiva de
gerencia pública se arraiga en corrientes de pensamiento que destacan la
importancia de la organización como respuesta a los problemas y demandas
sociales. Uno de los rasgos distintivos de la gerencia pública es la
incorporación de la visión de la empresa privada en la administración pública,
privilegiando la eficiencia de las organizaciones[3].
Esta hace énfasis en la coordinación de actividades de la
organización, en ese sentido se analizará su función dentro del Estado, tomando
en cuenta que el Estado tiene la misión de garantizar la plena satisfacción de
las necesidades su población, a través de políticas públicas, procesos y
herramientas que garanticen la existencia de un buen gobierno, como lo son la
transparencia y los ejercicios de rendición de cuentas con el fin de evitar la
corrupción y poder ofrecer un Estado de bienestar, creando valor público.
Al hablar de valor público se hace referencia al valor
creado por el Estado mediante servicios que se le prestan a la ciudadanía con
la finalidad de garantizar derechos, satisfacer necesidades y presentar
servicios de calidad a toda la sociedad, es decir, las áreas del valor público
se encuadran en los servicios, los resultados y la confianza (legitimidad), por
esta razón, el objeto de trabajo de la gerencia en el sector público es generar
valor público[4].
Cabello establece:
La gerencia pública que está consolidando el pensamiento
administrativo latinoamericano es la alternativa más idónea. Esta es una
tecnología de gobierno que se inserta en los procesos de gobierno y en el
destino de la sociedad abierta; es una gerencia comprometida con los fines
públicos y con los fines sociales que el gobierno debe llevar a cabo. Es una
tecnología abierta al cambio, comprometida con la innovación y la participación
ciudadana. Las soluciones se forjan con la participación civil de tal modo que
son de carácter político-administrativos e implican una mayor democratización y
permiten enfrentar los problemas sociales conociendo adecuadamente lo que
sucede en realidad, construyendo respuestas objetivas y que se anticipen
riesgos y contingencias[5].
La gerencia pública se caracteriza por hacer énfasis en las
políticas, más que en las dependencias y funciones, en las decisiones más que
en las normas; así como lo refleja Guadarrama en el texto Economía, Sociedad y
Territorio, es una nueva forma de ver la gestión pública y se basa en las
escuelas de políticas públicas y las escuelas de comercio asociadas con una
visión empresarial y de mercado, su fin es el mejoramiento de la eficiencia en
el sector público. Para Guadarrama, “la misma noción de gerencia pública
proviene del término management,
de empleo tradicional en el sector privado, interpretado como administración e
incluso como un sistema de explicación de la organización a través de las
categorías de la gestión estratégica”.
Cuando hablamos de visión estratégica nos referimos a las
capacidades de los agentes para advertir y predecir todas aquellas necesidades
y demandas sociales como devenir de la organización.
La gerencia pública emana de la teoría económica y centra su
visión en la organización como un sistema de competencias, es una alternativa
al paradigma burocrático que se articula en la convergencia sobre la
incorporación de modos de gestión privado en organizaciones públicas, con el
objetivo de hacer que las acciones públicas seas eficientes y rentables, la
gerencia pública se presenta como la estrategia que busca mejorar la gestión y
administración pública, sin cuestionar la estructura y funciones del Estado,
solo se centra en los problemas que debe resolver. Guadarrama expone:
El discurso de la nueva gerencia pública las nociones de
gestión estratégica y la de comportamiento gerencial, que aluden al papel que
tienen funcionarios gestores públicos para el mejor funcionamiento de las
organización. Dentro de esa corriente, Moore (1998) de la Kennedy School of Government
de la Universidad de Harvard, considera que lo que los gestores piensan y hacen
es determinante para la creación de valor público; Moore identifica el éxito
gerencial en el sector público con la tarea de redefinir las actividades de
modo tal que incrementen su valor para el público, tanto a corto como a largo
plazo[6].
El valor público considera las aspiraciones y percepciones
de la población, por lo que en este sentido las actividades públicas crean
valor, y la esencia de la gerencia en el sector público radica en la generación
de valor público mediante la entrega de servicios de calidad, en todos los
sectores bien sea educativo, salud, alimentación, vialidad, infraestructura,
vivienda, entre otros. Es así como se puede afirmar que la gerencia pública en
la actualidad juega un rol de gran importancia para fortalecer y garantizar la
misión de Estado, considerando al Estado como eje central de acción pública y
de bienestar social. De esta manera se presenta la gerencia pública como
alternativa a la organización burocrática.
Con respeto al paradigma burocrático se destaca que define a
la organización en términos de funciones que se designan de manera estructural
formal y en razón de una estructura racional jerárquica de autoridad, en la
burocracia está presente el exceso de procedimientos y mecanismo, trayendo como
consecuencia que la propia función pública genere mecanismos “no regulares” por
tantas trabas que de cierta forma se tornan innecesarias, y a su vez provocando
que los procesos sean más lentos y obstaculicen las respuestas a las demandas
sociales.
La burocracia es un sistema de organización, su función
básica es administrar y gestionar asuntos que exigen determinado orden, se
caracteriza por ser un sistema que responde a un grupo de normas o leyes
específicas de procedimientos, y puede estar presente tanto en la
administración privada como en la pública.
Es precisamente Max Weber quién se dedicó a estudiar este
sistema. Para este autor la burocracia es un modo de administración con
fundamentos racionales, en donde cada individuo tiene una función específica,
razón por la cual es importante establecer cuál es la jerarquía que se debe
respetar, ejemplo: gerente, sub gerente, jefes de departamento y personal.
Casanova y Rodríguez aseguran:
La burocracia tradicional se gobierna a partir de reglas
formales y la legitimidad se obtiene de la autoridad legal-racional, en las
organizaciones profesionales se gobierna con base en un sistema de valores
propios de la profesión o la disciplina, más que en los de la organización. De
igual manera, mientras en la burocracia tradicional predominan los esquemas
centralizados de gobierno, las organizaciones profesionales tienden por el
contrario a una mayor descentralización del poder y responsabilidades. Sin
embargo, aunque en tales organizaciones las normas emanan del colectivo
profesional o disciplinario, sugiriendo con esto mayores dosis de flexibilidad,
lo cierto es que existe una considerable estandarización de las tareas y los
programas, lo cual constituye una característica propia de la burocracia[7].
La burocracia forma parte del Estado moderno, está del todo
desarrollada en comunidades políticas y eclesiásticas, está presente en la
gestión pública y en la administración pública, una de las críticas más fuertes
que recibe la burocracia es su identificación con la ineficiencia y la
corrupción, sin embargo, su objetivo es garantizar la eficiencia de la
organización. La organización burocrática está diseñada científicamente para
funcionar con exactitud, precisamente para lograr los fines para los cuales fue
creada, no más, no menos[8].
El modelo burocrático de Max Weber[9]
ha recibido muchas críticas en el ámbito de la administración pública e incluso
en el sector privado, por el exceso de formalismo y papeleo, la interiorización
de las normas y exagerado apego a los reglamentos, la resistencia de cambio y
la despersonalización de las relaciones. La burocracia es extremadamente
dependiente del cumplimiento normativo y de sus políticas, es decir, los
empleados no tienen oportunidad de expresar su opinión o influir en la toma de
decisiones, se le restringe y no se le da oportunidad de aportar ideas
innovadores que beneficien a la organización. Para Max Weber la burocracia debe
estructurarse de la siguiente manera:
(i) La formalización de las comunicaciones: este
punto hace referencia a que las comunicaciones escritas son esenciales, es
decir, todas las acciones o procedimientos se hacen para garantizar la
comprobación y la documentación adecuada. Vélez detalla:
Además de normas y reglamentos, las comunicaciones escritas
son el otro “cemento” que une la estructura organizacional. Las decisiones, las
reglas y las acciones administrativas se formulan y registran por escrito para
poder comprobar, documentar y asegurar la correcta y unívoca interpretación de
los actos legales. Las formas reiteradas de comunicación suelen establecerse
por medio de “formatos” para hacer rutinario su cumplimiento[10].
(ii) La racionalidad de la
división del trabajo: esta división debe ser racional y sistemática, se
deben definir funciones y puestos apoyados en la experiencia de cada empleado.
Vélez describe:
El proceso de burocratizar una estructura implica una
sistemática división del trabajo en orden de la racionalidad, esto es, en
atención a la adecuación con los objetivos buscados. Se divide el trabajo, el
derecho, el poder, estableciendo las atribuciones de cada participante, los
medios de obligatoriedad y las condiciones necesarias. Los “puestos” o “cargos”
deberán estar perfectamente definidos cada uno con su nombre, categoría,
funciones generales y específicas, autoridad y responsabilidad y todos ellos adheridos
a un manual de organización o de procedimientos, con las rutinas claramente
especificadas, ni un paso más ni un paso menos; esto es el equivalente tayloriano de “los tiempos y movimientos[11].
La impersonabilidad es
privilegiada por la burocracia con el fin de garantizar su permanencia en el
tiempo y la estandarización del trabajo en las áreas de rutinas y desempeño,
tomando en cuenta que una relación impersonal es aquella en que dos o más
personas se relacionan a través de un intermediario, es decir, esta actividad
solo se lleva a cabo en términos de cargos y funciones y no de personas, en
donde la burocracia establece los cargos según el principio de su jerarquía.
(iii) Jerarquía de autoridad:
según la teoría de Max Weber la jerarquía de autoridad en una organización es
fundamental para tener éxito, en donde cada cargo inferior debe estar bajo
control y supervisión de uno superior, es decir, ningún cargo queda sin
supervisión o sin control.
El principio de la jerarquía agrupa a los cargos y funciones
y establece las áreas o tramos de control. Con base a la jerarquía se
construyen los escalones y la pirámide burocrática. La jerarquía es en orden y
en subordinación y se define con reglas limitadas y específicas. La autoridad y
el poder resultante son inherentes al cargo y al nivel y no a la persona y su
distribución en la estructura. Reduce al mínimo los “roces”, protegiendo al
subordinado de la potencial acción arbitraria de su superior, dado que las
acciones de ambos se procesan en un conjunto mutuamente reconocido de reglas.
El modelo burocrático fija normas técnicas y reglas para el
desempeño de cada cargo, cada empleado tiene una función determinada, es decir,
no puede ejercer la función de otro, las reglas y normas técnicas regulan la
conducta de quien ocupa cada cargo, cuyas actividades y labores deben
realizarse por las rutinas y procedimientos fijados por ellas. Vélez plasma:
El desempeño de cada cargo esta burocráticamente determinado
por reglas y normas técnicas. Todo está establecido, ningún ocupante de algún
cargo puede hacer lo que quiera, sino lo que la burocracia que impone hacer de
acuerdo con rutinas y procedimientos previamente establecidos. Así, los
estándares de desempeño son fácilmente evaluables, puesto que hay patrones
predefinidos para cada puesto y en todos los niveles del aparato. Los manuales
de organización, procedimientos y políticas son la viva expresión de esa
característica del modelo burocrático[12].
La meritocracia hace referencia a aquellas competencias
técnicas y la manera de evaluar el desempeño de cada persona, es importante que
cada organización impulse el desarrollo de habilidades de cada empleado
dependiendo su especialización o en relación a las exigencias del puesto al que
pertenece con el fin de elevar el nivel de competitividad.
La selección de personas de personas se basa en el mérito y
en la competencia técnica y jamás en preferencias personales. Los procesos de
la admisión, promoción y transferencia del personal son iguales para toda la
organización y están sustentados en criterios generales y racionales, siempre
teniendo en cuenta el mérito y la capacidad del funcionario. Los exámenes, los
concursos, las pruebas y las medidas de desempeño son vitales en el modelo
burocrático.
La teoría burocrática de Max Weber, sigue siendo aplicada en
las organizaciones modernas en la actualidad y es generadora de mecanismos
paralelos irregulares que permiten atender demandas sociales de manera rápida,
donde los trámites se gestionan sin tantos procedimientos, violentando la
normativa institucional, que se reduce a acciones indebidas por parte de los
empleados y funcionarios propiciando la corrupción. Esto se debe a la falta de
ética por parte de los mismos, entendiendo que la ética es una disciplina que
se ocupa de la moral, y que determina cómo deben actuar los miembros de una
sociedad, ayudando a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de
derecho.
La ética muestra un modelo de conducta a seguir, es decir,
nos dice qué hacer, y busca que todo individuo persiga siempre el bien por
medio de normas personales, aportando valores fundamentales para incentivar la
conducta social y el desempeño institucional sobre la base de la legalidad, la
responsabilidad y las conductas honradas para lograr la eficiencia y el
rendimiento de las instituciones públicas.
La ética debe relacionarse con la política, ayudando a
mejorar el desempeño de la gestión institucional y eliminando la corrupción que
se produce en la administración pública en gran medida por el exceso de
procedimientos a la hora de hacer un trámite. En la burocracia los escritos son
fundamentales, todo debe quedar escrito, la cultura de oficina y de
comunicación es extremadamente lenta debido a sus muchas capas jerárquicas,
para dar respuesta a estos problemas, surge la gerencia pública como paradigma.
Guadarrama explica:
El conjunto de ideas que enmarcan a la nueva gerencia pública
como una respuesta a las insuficiencias del modelo burocrático ha sido
identificado por algunos autores como el paradigma posburocrático.
El nuevo modelo organizacional gerencial se explica, entre otros elementos, por
un cambio en las prioridades que orientan la gestión pública; por encima del
cumplimiento de normas institucionales se ubican metas como la calidad, la
productividad y los resultados que valoran los ciudadanos, identificados como
clientes para la prestación de servicios[13].
Partiendo de esta explicación, se valora la función de la
gerencia pública en el sector público, resaltando su objetivo de generar un
valor público para la satisfacción de toda la sociedad a través de servicios de
calidad, donde las políticas públicas deben estar orientadas a solucionar la
problemática que afecte a la población. Es por ello, que el enfoque gerencial
surge como alternativa para el mejoramiento y modernización de la
administración, sin perder de vista los fines del Estado que se resumen en el
bienestar de toda la población. Guadarrama señala que las políticas son
consideradas funciones principales del Estado, del gobierno o de la
organización política y perfiladas como vías a través de las cuales toma cuerpo
la intervención estatal en la sociedad para asegurar su bienestar, preservar el
orden y garantizar el funcionamiento del conjunto social[14].
Las políticas públicas se definen como el conjunto de
estrategias adoptadas por una autoridad legítima, están orientadas a combatir
problemas de cierta complejidad, donde las decisiones de los diferentes actores
políticos están interrelacionadas; en este sentido, se considera como la
directriz general que refleja la prioridad y voluntad política del gobierno
para transformar una determinada circunstancia, y se expresan mediante leyes,
normas, regulaciones, proyectos, programas y actividades de las organizaciones
públicas.
Las políticas públicas indican un curso de acción de gestión
pública que institucionaliza la mediación pública sobre la problemática social,
económica, política, convirtiendo este hecho en política de Estado. Cada
política se ejecuta mediante acciones (programas o proyectos), que establecen
objetivos oportunos derivados de la política pertinente, en donde la gerencia
pública juega un papel importante, así como las buenas instituciones para
impulsar el desarrollo y bienestar social.
La gerencia pública se guía por criterios fundamentales de
eficiencia, eficacia, equidad y sostenibilidad, promueve una perspectiva ética
centrada en valores de responsabilidad, compromiso y solidaridad; motivado a
esto, podemos decir que la inestabilidad e ineficiencia de los Estados
latinoamericanos se debe en gran parte a una mala gerencia por parte de los
políticos, autoridades y funcionarios públicos, siendo de gran relevancia el
caso de Venezuela, pues las estrategias para gerenciar aplicada en el Poder
Público y las ramas que lo conforman son débiles y en muchos casos
ineficientes, afectando la institucionalidad del país.
Se entiende por funcionario público a toda persona que
trabaja al servicio del Estado, independientemente de su cargo es un servidor
público, laboran en el ámbito legislativo, ejecutivo, administrativo, judicial o
en instituciones que dependen del Estado, tales como escuelas, fuerzas de
seguridad y hospitales. Los funcionarios tienen como fin brindar un servicio de
utilidad social sobre la base de justicia, están al servicio del Estado y no de
parcialidad alguna y su nombramiento o remoción no podrán estar determinados
por afiliación u orientación política.
Existen cinco tipos de funcionarios públicos principales, el
funcionario electo, es aquel que asume un cargo en la gestión pública luego de
una elección; el funcionario de carrera que representa aquella persona
vinculada con la administración pública, para acceder a estos puestos se
aplican distintas metodologías de acuerdo al puesto a cubrir, puede ser a
través de concursos o convocatorias; el funcionario interino, es el personal
contratado por el Estado para cubrir puestos del funcionario de carrera; el funcionario
laboral es el personal que presta servicio al Estado contratados por distintas
modalidades previstas en la legislación laboral mediante contratos por tiempo
definido o indefinidos; y el funcionario eventual que asume funciones
especiales por ejemplo asesorías.
Todas las actividades destinadas a realizar los intereses
colectivos de la sociedad dependen de la función pública, actividades que son
planificadas, organizadas y ejecutadas por funcionarios públicos que deben
actuar con rectitud y honradez en beneficio a la colectividad, procurando
satisfacer el interés general, apartando todo provecho personal,
caracterizándose por alcanzar objetivos establecidos por el bien común,
evitando la corrupción, porque de lo contrario las consecuencias impactan
negativamente al Estado.
Los efectos de una gestión no transparente, corrupta, con
mal desempeño del gobierno y de la administración pública pueden traer como
consecuencia un Estado fallido. Estos efectos son decisivos en términos
gubernamentales y estatales, los países para lograr un Estado de Bienestar o
inclusive el desarrollo deben poner en práctica la democracia, el Estado de
derecho y una administración pública imparcial como lo establece el Centro
Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD),
de no aplicar y cumplir con estos elementos el Estado será débil representado
por un mal gobierno deficiente y corrupto que viola los derechos humanos.
A pesar de contar con los principios fundamentales para
tener buenos gobiernos, todos los países iberoamericanos tienen un gran
enemigo, conocido como la corrupción. En el caso de los países de América
Latina, el problema radica en el abuso de poder que es causado por la
corrupción, esta es una manifestación del abandono por parte de quienes
ostentan el poder político en el país, cuando existen intereses personales o
partidistas y no fines de beneficios para el bienestar social de la población,
razón por la cual no se puede desligar la ética de los funcionarios públicos, es
esencial que exista una relación entre ambos.
Los países iberoamericanos necesitan que los gobernantes,
funcionarios, y empleados públicos estén apegados a la ética para lograr el
buen funcionamiento de las instituciones estatales y administrativas, en este
caso, el recurso humano es el centro del hacer institucional y de él depende el
resultado de la gestión, de no ser así el Estado entraría en una profunda
crisis hasta colapsar, el vacío ético se refleja en las decisiones de los
gobernantes y en la aplicación de las políticas públicas por lo general anteponen
los intereses personales al interés público desviando los recursos que en
principio son destinados para mejorar las condiciones sociales del país.
Cuando el gobierno es ineficiente e ineficaz es imposible
que la población disfrute de bienestar social, por esta razón, se necesita de
funcionarios públicos comprometidos, con ética, que asuman su trabajo basados
en la gerencia pública la cual crea el valor público (servicios de calidad).
La noción de buen gobierno en los países Iberoamericanos
tiene que ver con la eficiencia y la eficacia de la gestión. Esto consiste en
obtener un resultado máximo con recursos limitados, otro punto fundamental es
el buen funcionamiento de las instituciones. El buen gobierno es aquel que
realiza los fines del Estado a través de la democracia y depende de la
participación pública para asegurar que las prioridades sociales, políticas y
económicas estén fundamentadas en un consenso social y se les permita a los
sectores de la población con mayor vulnerabilidad influir directamente en la
toma de decisiones políticas. El buen gobierno garantiza que toda la población
tenga acceso a los servicios básicos y asegura la calidad de los mismos.
El gobierno debe ser estratégico para mejorar la gobernanza
y la gestión pública. En este punto la planificación estratégica tiene mucha
importancia, el gobierno debe identificar las problemáticas que presenta el
país y afecta a la población de manera negativa, depende de las autoridades
buscar especialistas que diseñen planes conformados por objetivos, metas y
propuestas de acción para la solución del problema, haciendo un respectivo
análisis de viabilidad de las propuestas de acción, que posteriormente a través
de la toma de decisiones se ejecutará y supervisará mientras se materialice,
caracterizándose por ser un gobierno capaz y eficiente, todo esto es posible a
través la gerencia pública.
El desarrollo del Estado de bienestar y las políticas
públicas sociales son fundamentales en un país para brindarles a los individuos
bienestar social y mejorar su calidad de vida. La gobernanza debe establecer
prioridades con el fin de solucionar los problemas que afecten con mayor
impacto a la población, desarrollando con seriedad y responsabilidad la
gestión, es necesario, que los gobernantes y funcionarios tengas ética, valores
y principios.
En la actualidad podemos observar el desastre político que
existe en los países latinoamericanos por citar un ejemplo, esto es
consecuencia de la corrupción y el mal uso del poder, donde se valora la
lealtad y no la profesionalización que pueda tener el funcionario.
Esto sucede porque los gobernantes solo tienen intereses
personales o partidistas y no colectivos. Este es el gran problema de los
gobiernos latinoamericanos, lamentablemente se puede decir que la corrupción es
parte de la cultura de la función pública.
Por esta razón, se considera importante la gerencia pública
en las actividades de los funcionarios públicos como instrumento fundamental
para la creación del valor público, basados en la ética y el profesionalismo,
renunciando a intereses partidistas y personales que tanto daño le hace al
Estado, y por ende a la población.
La gestión pública necesita una adecuada planificación
estratégica y ética para ser eficiente, los gobernantes deben tener una buena
formación y contar con asesoramiento de profesionales, especialistas, se debe
combinar lo político con lo técnico.
Es esencial que el sistema sea democrático, que se respeten
los derechos humanos, la libertad y la propiedad privada, rechazando el
comunismo como modelo político, económico y social ya que el mismo es sinónimo
de dictadura, pobreza, atraso, injusticia y miseria que impiden gozar de un
Estado de bienestar que ofrece derechos sociales, igualdad de oportunidades y
proporciona seguridad. Para mejorar la gestión pública los funcionarios deben
asumir sus responsabilidades con compromiso, para esto es elemental la
vocación, se requiere de vocación para alcanzar los logros trazados.
El buen gobierno tiene relación con el Estado de bienestar,
comparten características similares, existe una profunda descentralización,
introduce valores gerenciales en la gestión como lo establece el código
iberoamericano de buen gobierno. El gobierno que se ocupa de la problemática
social y económica de los ciudadanos, que respete los derechos humanos e
implemente políticas públicas para mejorar los servicios básicos,
garantizándole la salud, alimentación, poder adquisitivo, y educación de
calidad puede denominarse “Buen Gobierno”.
Es importante, que el gobierno le dé prioridad a la
educación, ya que esta convierte a las personas que van a transformar el mundo
como decía Paulo Freire, de esta manera es posible contar con una gobernanza
capaz de cumplir con la meta trazada, garante del bien común, logrando promover
el progreso, bienestar y desarrollo del país, para lograr lo expuesto
anteriormente es fundamental la gerencia pública y funcionarios con ética y vocación.
En la actualidad la gerencia pública debe estar presente en
el desarrollo de la política pública nacional, para reducir los altos niveles
de corrupción, de fuga de capital e incluso de ineficiencia e ineficacia de los
servicios públicos que atraviesan la peor crisis de la historia de Venezuela,
con un alto índice de funcionarios públicos sin ética ni vocación producto de
la misma situación, por ello, la gerencia pública surge como alternativa para
garantizar “valor público”.
* Abogada.
[1] Drucker, Peter. “Para
todos los días”. Editorial Norma. México, 2006. Pág. 117.
[2] Los gerentes son las personas que ejercen la
gerencia, tienen capacidades gerenciales que constituyen una pieza clave para
que las acciones se ejecuten en la organización, el gerente es quien crea,
coordina el entorno laboral y los sistemas de trabajo para que los demás puedan
llevar a cabo esas tareas, el gerente es el responsable del resultado de la
organización, de él depende cómo se planifica, organiza, dirige y controla la
institución, es quien toma las decisiones.
[3] Guadarrama Sánchez,
Gloria. “Gerencia pública y política social en Latinoamérica. Economía, sociedad
y territorio”. El Colegio Mexiquense, A.C. México 2003. Pág. 125.
[4] El valor público abarca todo lo relacionado
con la gestión de la población, este valor se define y redefine mediante la
interacción social y política, la gestión debe estar orientada hacia la
eficacia y eficiencia, los políticos, funcionarios y comunidades deben
comprometerse, dentro de los límites institucionales, y las autoridades deben
administrar de forma eficiente y efectiva lo recursos con el fin de garantizar
una gestión pública de calidad a través de una gobernanza comprometida con la
causa social-humana.
[5] Cabello, Alejandra.
“Globalización y liberación financieras y la Bolsa Mexicana de Valores”. Plaza
y Valdés Editores. México, 1999. Págs. 325-326.
[6] Guadarrama. Ob. Cit.
Pág. 142.
[7] Casanova, Hugo y
Rodríguez, Roberto “Política y gobierno”. Centro de Estudios Sobre la
Universidad. UNAM. México 1999. Pág. 22.
[8] Vélez Bedoya, Ángel
Rodrigo. “Los clásicos de la gerencia”. Editorial Universidad del Rosario.
Bogotá, 2007. Pág. 90.
[9] Esta teoría se puso en práctica en la
administración en la década de 1940, surge por la fragilidad y parcialidad de
la teoría clásica y de la teoría de la relaciones humanas (opuestas y
contradictorias entre sí), por tal razón, era necesario un modelo racional
capaz de caracterizar las variables involucradas, así como el comportamiento de
las personas que formaran parte de la organización, además, el creciente tamaño
y complejidad de las empresas exigían un modelo adecuado para tener una
organización eficiente que impidiera que las emociones del hombre interfirieran
en su desempeño, razón por la cual, se crea la teoría de la burocracia, modelo que
se basa en la racionalidad, en la adecuación de los medios a los objetivos
deseados con la finalidad de garantizar la máxima eficiencia posible en la
materialización de esos objetivos establecidos.
[10] Vélez. Ob. Cit. Pág. 91.
[11] Ídem.
[12] Ídem. Pág. 93.
[13] Guadarrama. Ob. Cit. Pág. 134.
[14] Ídem. Pág. 143.