ENRIQUE MAPELLI LÓPEZ. MAESTRO Y AMIGO
Jorge
L. Álvarez Méndez[1]
Resumen: La nota repasa algunos de los méritos
académicos y profesionales de Enrique Mapelli López
como figura relevante del Derecho Aeronáutico.
Palabras clave: Enrique Mapelli López – Reconocimiento – Derecho Aeronáutico
El
pasado 22 de agosto, en la ciudad Madrid, don Enrique
Mapelli López, humanista por excelencia,
jurista y maestro de maestros entregó su vida al sumo Creador. Se fue un hombre
de bien, que trae a nuestra memoria la copla andaluza que don Enrique –como solíamos llamarle– utilizó
en la muerte de otro gran jurista, Gontrán Eleizalde Petit: “algo se muere en el alma cuando un
amigo se va y va dejando una huella que no se puede borrar”. Nunca más cierta
la copla cuando, además de amigo, se trata de un verdadero maestro cuyo vacío
resulta muy difícil de llenar.
Conocí al inolvidable maestro en el otoño de 1982,
cuando cursaba el curso de Derecho Aeronáutico dictado por la Universidad
Complutense de Madrid y me tocó en suerte que tan destacado maestro, fuese uno
de los profesores que lo impartió. Desde entonces nos unió una entrañable
amistad que perduró en el tiempo, en tanto crecía en mi espíritu la admiración,
respeto y gratitud por todo cuanto supo enseñarme y por el inmenso legado que
deja a las generaciones futuras.
Don Enrique
nació en la ciudad de Málaga, España, el 2 de diciembre de 1921 y en su larga y
dilata existencia estuvo siempre presente la formación sistemática y constante,
disciplina que le llevó a obtener su licenciatura en Derecho por la Universidad
de Granada en 1946 y en 1955 el doctorado por la Universidad Central de Madrid.
Cursó estudios superiores en las universidades de
París y Estrasburgo; igualmente, realizó estudios en la Escuela Social León
XIII y aprobó el Diplomado en Altos Estudios Internacionales. Impulsó los
estudios de Derecho Aeronáutico en Europa y en América de cuya sabiduría
bebieron abogados de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras,
Paraguay, y Venezuela países en lo que dejó su impronta de maestro y el
resplandor de su sabiduría puesta de manifiesto en los cursos y conferencias
que dictó a lo largo y ancho de Hispano América.
Dejó el ilustre maestro una huella de profundo
conocimiento en su obra jurídica: “El Contrato de Transporte Aéreo
Internacional”; “El Apoderamiento Ilícito de Aeronaves”; “Comentarios al Convenio
de Tokio de 1963”; “Códigos y Leyes de Aviación Civil de Iberoamérica”; con
Luís Tapias Salinas “Ensayo para un Diccionario de Derecho Aeronáutico” y su
“Legislación Aérea” preparada conjuntamente con Francisco Navarrete Casas de la
cual se realizaron nueve ediciones.
Es copiosa la literatura jurídica que nos lega el
maestro en sus más de cuarenta años de conferencias sobre Derecho Aeronáutico,
recogidas en los registros de las Jornadas del Instituto Iberoamericano de
Derecho Aeronáutico, del Espacio y de la Aviación Comercial y de la Asociación
Latinoamericana de Derecho Aeronáutico y Espacial (ALADA) y en su constante
colaboración con revistas científicas europeas y americanas especializadas en
la disciplina, muchas de las cuales se recogen en el libro “Trabajos de Derecho
Aeronáutico y del Espacio”.
La obra de don Enrique
se fundamenta no solo en el estudio profundo, sistemático y continuo del
Derecho Aeronáutico, sino también en la práctica del ejercicio de la disciplina
tras 35 años en el cargo de Director de la Asesoría Jurídica de IBERIA. Líneas
Aéreas de España.
De sus excepcionales dotes como profesor
universitario, dejamos constancia sus alumnos de la Universidad Complutense de
Madrid; de sus méritos profesionales, el Doctorado Honoris Causa que le otorgó
la Universidad de Morón, Buenos Aires, Argentina; de la huella de su paso, el
Instituto Hispano Luso Americano y Filipino de Derecho Internacional; la
Vicepresidencia de la International Law Association (Sección Española); su designación como Académico
de Honor de la Academia Gallega de Legislación y Jurisprudencia; su
participación como Miembro de Número de la Academia Internacional de Turismo y
su Membresía de la Academia de Ciencias de Toulouse (Francia). Su Presidencia
de Honor del Instituto Iberoamericano de Derecho Aeronáutico del Espacio y de
la Aviación Comercial; el ejercicio de la Vicepresidente en la Asociación
Internacional de Abogados, Expertos y Juristas de Derecho Aéreo (Roma); la
Vicepresidencia de la Asociación Latinoamericana de Derecho Aeronáutico y
Espacial (ALADA) y su Vice Decanato del Cuerpo Consular Acreditado en Madrid.
Larga y brillante trayectoria al servicio del derecho y la justicia, cultivando
el conocimiento con la sencillez que regala la verdadera sabiduría y la mano generosa
que supo legar a sus alumnos al guiarnos en la búsqueda del conocimiento bajo
el auspicio de una cálida e inolvidable amistad.
Su querida España supo reconocer sus méritos y
virtudes al otorgarle entre otros reconocimientos la Gran Cruz de Honor de San
Raimundo de Peñafort al Mérito Jurídico, la Cruz del Mérito Aeronáutico de
Primera Clase, la Medalla al Mérito Turístico y la Encomienda al mérito Civil;
Brasil le otorgó la Orden de Rio Branco y la Medalla Santos Dumont; el Perú la
Cruz Jorge Chávez; y del Principado de Mónaco la Encomienda de la Orden
Grimaldi y sin dudarlo, el inmenso respeto y la profunda admiración de sus
miles de alumnos a lo largo y ancho de Latinoamérica.
Don Enrique Mapelli López, prodigioso autor de corazón andaluz
expresa en su obra cálido afecto por su tierra natal. Sus escritos reflejan
diversos aspectos de la cultura general de su pueblo, tal como se evidencia de
“Escritos Malagueños”, texto que recoge una selección de crónicas publicadas
entre 1949 y 1982 en diarios y revistas de su tierra, lo que permite comprender
el sentido de la frase: de Málaga “nunca, ni en espíritu ni en cuerpo, me he
separado”, con la cual don Enrique
nutre la llamada Nota del Autor que encabeza el citado libro, según nos
recuerda Mario Folchi,
en la semblanza que del maestro hizo [Ensayo sobre un humanista excepcional],
para el “Líber Amicorum en Honor al Dr. Enrique Mapelli”, que ALADA publicó durante el año 2007.
Su presencia derrochaba bonhomía, generosidad y
talento, maestro de maestros cultivo el arte del buen comer lo que le llevó a
ser miembro de la Real Academia de Gastronomía y fundador de la Academia
Gastronómica de Málaga y dejó una importante obra escrita sobre esa afición:
Papeles de Gastronomía Malagueña; Málaga a mesa y mantel; la Hora de Comer;
Trece Gastro Temas Variados y La Gastronomía en Verso. Labor que le llevó a
recibir El Premio Francia de Gastronomía, la Medalla de Oro de la Asociación
Española de Cocineros y Reposteros y a ser designado Cófrade de Honor de la
Cofradía Vasca de Gastronomía.
La obra de don Enrique
es variada, pluma incansable que deja no solamente un vasto conocimiento
jurídico sino también la huella de un hombre recio orgullo de España y de
quienes tuvimos el honor de ser sus alumnos y amigos en el largo camino de la
enseñanza del Derecho Aeronáutico y Espacial.
Al momento de finalizar este merecido recuerdo de
tan excelso maestro llega la triste noticia de la muerte de su inseparable
esposa María Francisca Temboury de Mapelli quien
falleció el 28 de diciembre de 2018, reconocida artista plástica que 4 meses y
seis días más tarde sigue a su inseparable compañero en el tránsito a la
eternidad. Ambos dejan la imborrable huella del talento que les caracterizó,
del estudio constante y, particularmente, del amor que sobrevive al paso del
tiempo. Paz a sus restos.
[1] Abogado
por la Universidad Católica Andrés Bello. Vicepresidente del Instituto
Iberoamericano de Derecho Aeronáutico, del Espacio y de la Aviación Comercial
(España) y de la Asociación Latinoamericana de Derecho Aeronáutico y Espacial
(Argentina). Profesor del Diplomado en Derecho Aeronáutico CIDEP – Universidad
Monteávila.